Hay una América antes de América. Antes que llegara Colón y todos los demás.

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Hay una América con un nombre que no le pertenece, una América sin nombre o con tantos nombres como los pueblos originarios. La América de sus primitivos moradores. Aquí, en estas tierras puntanas fueron los Olongastas, Huarpes, Michilinguis, Comechingones, Ranqueles. Pintaron la piedra, modelaron el barro, convirtieron en flechas los guijarros, cazaron animales, cultivaron la tierra, molieron el maíz, tejieron la lana, cabalgaron con destreza y desafiaron el profundo silencio de las sierras. Dejaron sus huellas imborrables en este rincón de América que un día se llamaría San Luis.

Este sector es un espacio destinado a conocer e interpretar las huellas de los primeros habitantes del suelo puntano y abarca un período que se remonta a las primeras presencias de cazadores que se refugiaron en las oquedades de sus serranías hace 8500 años, hasta la llegada de los españoles.

Vemos un área de interpretación en donde se exhiben piezas originales, jarrones, piedras utilizadas como herramientas, puntas de flecha y tejidos artesanales; la reproducción en una piedra de pinturas rupestres que  replican las existentes en la Gruta de Inti Huasi. 

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